Tres de la mañana, diez vueltas en la cama, y aún si poder dormir...
... sin poder dormir pensando en tus palabras, que me recorren el cuerpo y el alma cada día.
Es ridículo intentar escribir algo sobre nosotros, cada vez estoy más segura de que no existen verbos ni en este idioma ni en ningún otro para explicar lo que siento por ti.
Mi imaginación echa a volar y de repente pasan imágenes por mis ojos, imágenes de cosas que no hemos hecho, de sitios que no hemos visto, de besos que no nos hemos dado...
(...aún)
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