Estaba cansada. Inconscientemente me he pedido una tregua que, del mismo modo, he aceptado. Se me ha ido la mente en divagaciones de cualquier tipo, sin siquiera fijarme, y debido a las ganas de sentirme, me he dejado llevar de mundo ajeno a mundo ajeno: apenas un "clic" me permite vagar de uno a otro. Pero en todos y cada uno de ellos he encontrado lo mismo: tristeza, desamor, melancolía, recuerdos y, a veces, rabia. Entonces he recordado aquella mesa, y aquel post-it medio despegado en ella:
¿Porqué hay tanta gente sola, habiendo tanta gente sola?