viernes, 3 de octubre de 2008

Fricción

Tornea minuciosamente
la línea que separa
la expectación del placer
con un movimiento suave pero
firme;
contundente.
Doblega la estructura
a golpes de huella dactilar
empañándola a gemidos
levantándola a placer
sobre el bullicio ensordecedor del
mundo
que, poco a poco,
se sumerge en el vacío,
pasa a ser parte
de la nada muda
                    ciega
                      sorda;
y aún ajena
no puede evitar sentir
la imperturbable unión de los cuerpos.